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Suzuki ha presentando la nueva generación de su GSX-S 1000, una naked que acentúa su espíritu deportivo dando entrada a un motor más potente adaptado a la normativa Euro5, una estética más agresiva y un catálogo de ayudas muy superior al que ofrecía el modelo anterior. Sin embargo, pese a las mejoras introducidas, la nueva GSX-S 1000 se ha quedado lejos de la revolución que muchos esperábamos.
Lo primero que llama la atención en la GSX-S 1000 2021 es su nueva estética, rematada ahora por una nueva óptica delantera de LED da forma a un frontal moderno, compacto y atractivo, que armoniza con su musculoso diseño. El chasis no cambia, conservando la misma estructura de tipo doble viga de aluminio ya vista en la generación anterior, al igual que el basculante trasero, inspirado en el de la saga GSX-R 1000.
Para mejorar aún más la posición de conducción, más erguida, y para ofrecer un mayor confort buscando a la vez el mejor equilibrio para una conducción deportiva, se ha rediseñado el manillar y se ha colocado 20 mm más cerca del cuerpo del piloto, siendo a la vez 23 mm más ancho para un mejor apoyo y sujeción.
El motor difiere al utilizado por la generación actual de la GSX-R 1000. Se trata del mismo propulsor de cuatro cilindros en línea de 999 cc, con distribución DOHC y refrigeración líquida que utilizada la GSX-S 1000 anterior, aunque Suzuki ha introducido algunos cambios para superar la normativa Euro5 y mejorar su respuesta a medio régimen.
El motor gana siete caballos y rinde 152 CV a 11.000 rpm, con un par máximo de 106 Nm a 9.250 rpm. Las novedades más relevantes se encuentran en los dos árboles de levas, la distribución, en el embrague y en las modificaciones en el sistema de escape. Cambios que han permitido aumentar la potencia a la vez que se ha logrado un funcionamiento más equilibrado.